viernes, 28 de febrero de 2014

" Crimea quiere decidir su futuro en Ucrania con un referéndum "






Tras ser ocupado el jueves por la mañana por una cincuentena de hombres armados y con máscaras que se presentaron como "defensores de los ciudadanos rusos de Crimea", el Parlamento de esta península del mar Negro votó, en una jornada sin precedentes, a favor de un referéndum sobre lo que parece una propuesta de estructura confederal para la relación de Crimea con Ucrania. Durante la madrugada del viernes, un grupo armado con banderas rusas ha tomado control del aeropuerto de la ciudad de Simferópol. Un testigo citado por la agencia Reuters ha indicado que varios hombres armados con rifles de asalto y metralletas entran y salen de la torre de control pero que no han irrumpido en la terminal de pasajeros. 
Crimea es la sede de la flota rusa del mar Negro y la única república autónoma de Ucrania, que, por lo demás, es un Estado unitario centralizado. La población de Crimea, algo menos de 2 millones de personas, está formada sobre todo por rusoparlantes que se sienten más cerca de Moscú que de Kiev. El triunfo del nuevo régimen es percibido en estos sectores como una amenaza para las competencias locales, que se han ido recortando de forma progresiva en relación a las que le otorgaron en 1992 tras la desintegración de la URSS y, aún podrían recortarse más, si se llevan a cabo los planes de los nacionalistas del Oeste del país (el partido Libertad). Crimea, en el pasado un floreciente kanato tártaro en la órbita del Imperio Otomano, fue conquistada por el Imperio Ruso en el siglo XVIII, pero, en 1954, el dirigente soviético Nikita Jruschov transfirió Crimea de Rusia a Ucrania, cuando estos dos territorios eran solo 2 de las 15 repúblicas federadas de la URSS.
Los enmascarados, de uniforme y armados, que llegaron por la mañana a Simferópol eran un centenar y de ellos, una cincuentena ocupó el parlamento y otra cincuentena, el consejo de ministros. Los diputados fueron despojados de sus teléfonos móviles y ni el personal auxiliar del parlamento ni los periodistas pudieron asistir a la sesión, en la que 61 legisladores, (de los 63 presentes), votaron por celebrar un referéndum sobre el futuro estatus de la península el 25 de mayo, coincidiendo con las elecciones presidenciales. La pregunta aprobada, que parece abrir la puerta a una estructura confederal, es: "¿Está usted por la independencia estatal de la República Autónoma de Crimea en el conjunto de Ucrania sobre una base de tratados y acuerdos?". En Ucrania los referéndums locales no están contemplados por la ley.
Los asaltantes, de habla rusa y aspecto eslavo, no dijeron en ningún momento a quien representaban y se quedaron en el parlamento después de que los diputados concluyeran la sesión. El cónsul ruso en Simferópol y el jefe del Gobierno de Crimea, Anatoli Mogiliov, intentaron en vano convencerles de que desalojaran el edificio, pero los asaltantes se negaron a polemizar o a mantener contactos e izaron la bandera rusa sobre el edificio del parlamento. Mogiliov cesó en su cargo y fue sustituido por Serguéi Axiónov, el líder de Unidad Rusa (uno de los pequeños partidos que defienden los intereses de los rusos locales).
Hay diversas versiones sobre el origen de los asaltantes. Según una de ellas, se trata de las tropas de intervención especial, las BERKUT, de Sebastópol, la principal base de la Flota Rusa. Otras versiones indican que en Crimea están confluyendo los restos de las BERKUT de distintas regiones de Ucrania, después de que su estructura haya sido abolida por los nuevos dirigentes. Se trata de "hombres que están desmoralizados y se sienten traicionados" y no ven dónde pueden encajar ahora, porque todo lo que saben hacer es manejar las armas y ahora han sido despedidos e incluso pueden ser llevados a juicio", según señalaba a EL PAIS una fuente en el Este de Ucrania.
Alrededor del edificio del parlamento se organizó una manifestación de la población rusa local, y los tártaros permanecieron en sus casas. La población tártara fue deportada por Stalin desde Crimea a Asia Central en 1944 y, tras la desintegración de la URSS, ha servido a las autoridades ucranianas para neutralizar a los rusos. Desde Kiev, el presidente interino Olexandr Turchínov advirtió a Rusia que cualquier movimiento de su flota del mar Negro fuera de su base de Crimea será contemplado como una "agresión militar". La advertencia se produjo cuando Rusia realizaba el segundo día de ejercicios militares en los que sus cazas estaban en "alerta de combate". Las primeras decisiones de las nuevas autoridades en Kiev han asustado a los rusos de Crimea, sobre todo la abolición de una ley sobre las lenguas regionales. Algunos de los políticos del nuevo régimen son conscientes de que se han precipitado e intentan calmar los ánimos. Turchínov, ha dicho que se aprobará urgentemente una nueva ley de las lenguas totalmente equilibrada, sin embargo sus palabras suscitan poca confianza entre los sectores prorusos, que viven la política de "ucranización" como una medida dirigida contra su identidad, al margen de que en la práctica muchos sean bilingües y pasen con gran facilidad de un idioma a otro.
El parlamento de Crimea está formado por 100 diputados, de los cuales la mayoría era del partido de las Regiones (82 diputados antes de la huida de Yánukóvich) y el resto, varios grupos prorusos (siendo "Soyuz" el más numeroso) y un grupo de tártaros. El planteamiento confederal es menos radical que el planteamiento de restituir Crimea a Rusia, tal como habían propuesto algunos diputados antes de que se produjera el cambio de régimen. El presídium había pedido a Yanukóvich que tomara medidas extraordinarias y que actuara de forma decidida y al presidente Vladímir Putin y al parlamento ruso a que se constituyeran "en garantes de la inviolabilidad del estatuto de autonomía de Crimea". El Servicio de Seguridad de Ucrania inició una investigación por si el llamamiento de los diputados de Crimea podía ser considerado como una muestra de separatismo.

" Alto riesgo en Ucrania "





Ni la revolución en Ucrania se ha acabado, ni siquiera está claro el signo de su desenlace, pese a la destitución de Yanukóvich y a la instalación en Kiev de un presidente y un Gobierno provisionales. La declaración de Moscú ayer considerando que el nuevo Gobierno no es de unidad nacional, la alerta fronteriza de las tropas rusas o la ocupación del Parlamento de Crimea por rusófilos armados son otras tantas señales ominosas de hasta qué punto es posible el regreso al caos o una desastrosa secesión violenta.
Los acontecimientos ilustran una clara estrategia de presión del Kremlin. Su rotunda descalificación del Gobierno de Kiev es más grave por producirse en idénticos términos a los empleados, también ayer, por el cleptómano Yanukóvich, que pese a sus crímenes sangrientos denuncia como extremista al Ejecutivo que dirige Arseni Yatseniuk. La realidad es que ese Gobierno de vida necesariamente breve, aprobado a regañadientes por el Maidán, es una hechura de Yulia Timoshenko. Tanto el presidente interino, Turchinov, como el primer ministro son hombres de la cuestionada y otrora heroína de la Revolución Naranja. Con la ayuda de la UE y EE UU, ese Gobierno deberá adoptar inmediatas medidas económicas destinadas evitar una fulminante bancarrota. En su vértigo actual, el país no está en condiciones de adquirir y mantener otros compromisos a medio plazo, imprescindibles para su estabilidad.
En Ucrania convergen elementos de un cóctel explosivo. La revolución cívica ha liquidado algunos de los aspectos más intolerables de la realidad, pero el orden postsoviético vigente desde la independencia no ha sido eliminado. El Maidán sigue siendo un poder popular vigilante, pero aunque hable por todo el país ni es el único actor ni representa al conjunto de la dividida Ucrania. En algunas de las zonas rusófilas donde se rechaza el desenlace de Kiev, la posibilidad de secesión está viva. Crimea, la península autónoma de mayoría rusa, devuelta por la URSS solo en 1954 y base de la estratégica flota del Mar Negro, es el eslabón más débil, pero no el único.
En escenarios tan volátiles y emocionalmente cargados, cualquier incidente puede desencadenar una situación fuera de control. Nada es más urgente, en línea con lo advertido ayer por Washington y la OTAN, que Moscú deje de pretender obtener ventaja de los acontecimientos. Putin debe hacer buena su promesa de cooperar con Occidente para atajar la crisis de Ucrania.

lunes, 10 de febrero de 2014

"La postura, la clave para aprender a esquiar "

El primer contacto con el esquí es duro. Al principio cuesta habituarse a sentir que tus pies no responden y que te deslizas sin control hacia delante y hacia atrás. El miedo intrínseco de las personas a hacerse daño, lógicamente comprensible por cierto, nos cohíbe y dificulta sentirnos cómodos sobre los esquís en nuestro primer contacto con este deporte.
Lo normal es familiarizarse con las sensaciones del desplazamiento sobre la nieve y con el equipo de esquíen la zona de debutantes. Esta zona suele ser llana o tener una ligerísima pendiente para practicar el deslizamiento con los esquís, a impulsarnos con los bastones, etc. Tras algunos minutos, nos sentiremos más cómodos y nuestros movimientos serán menos torpes.
Una vez habituados al medio, podemos poner en práctica la postura y el deslizamiento directo en una pendiente un poco más pronunciada. Debemos elegir un terreno con una ligera pendiente, con llano y contrapendiente al final, para que sea el terreno el que nos detenga ya que todavía no dominamos como frenar.
La postura es esencial para que nuestros movimientos influyan correctamente sobre el deslizamiento. La posición del cuerpo sobre los esquíes, debe ser lo más relajada y cómoda posible, con la cabeza y brazos libres de tensión, y colocando los pies en paralelo y separados entre sí a la altura de nuestras caderas.
Una vez colocados en esta posición debemos centrarnos sobre el eje, ni adelante ni atrás, manteniendo las rodillas semiflexionadas, de tal manera que la pierna descanse sobre la parte anterior (lengüeta) de la bota. Los brazos separados, con las manos por delante, dejando caer los bastones hacia atrás.
Conviene familiarizarse con distintas posturas y acciones propias del esquí. Al inclinar el cuerpo modificamos la distribución del peso, lo que afecta al movimiento de los esquís.
Si el peso recae en la parte anterior del pie, el esquí se controlará, si nos inclinamos hacia los talones, perderemos el equilibrio con mayor facilidad. Otro ejercicio interesante es inclinar los pies apoyando el peso sobre los cantos, lo que permitirá, más adelante, frenar en contra de la pendiente. También es importante lograr el equilibrio sobre uno solo de los esquíes, levantando uno y otro alternadamente.
En cualquiera de sus modalidades el esquí requiere unas pautas previas para practicarlo antes de lanzarse montaña abajo. Para disfrutar al completo del esquí es necesario tener una motivación, lo que ayuda pasarlo bien, realizar un buen calentamiento previo, conocer las indicaciones y señales para moverse por las pistas y tener un control absoluto del equipo.